La idea de relacionar salud y arquitectura está arraigada tempranamente en la cultura occidental. Vitrubio, en los Diez Libros de la Arquitectura, algunas décadas antes de Cristo, orientaba dónde y cómo emplazar una nueva construcción. Sugería en terrenos altos evitando la cercanía a pantanos por el olor a pestilencia dada la condición del agua estancada, así como evitar lugares con nieblas permanentes que aceleran la pudrición. También la orientación en torno al sol, evitando cambios de temperaturas altos durante el día que afectan a los espacios interiores como a las bodegas de alimentos, espacios que debían estar contenidos por una importante masa que asegurara temperatura estable y control térmico.
La arquitectura metafóricamente comprendida como segundo cuerpo ha seguido históricamente principios en torno a la protección física, mental y resguardo espiritual de sus habitantes. En parte, ha sido la historia del desarrollo de la disciplina que ha tenido importantes avances de la mano de la ciencia y la industrialización.
Muros blancos
El uso de cal en los muros al modo de mortero o revoque funcionó muy bien bajando la temperatura de los espacios interiores, el color blanco permitía reflejar luz y evita que se absorba calor al interior. Se implementó como medida antiséptica durante los siglos XVI – XVII en España contra las pestes, cólera, tifus y gripe española, ya que debido a la alta alcalinidad de la cal (óxido de calcio) funciona como un potente fungicida, bactericida y antiséptico. En ese sentido, el muro no solo exteriorizó una preocupación, también construyó un lenguaje arquitectónico con identidad que se extendió con un grado de universalidad y que se exportó también hacia América.
La sal ha sido otro de los recursos que históricamente se ha usado en la arquitectura en madera. Particularmente en Japón, se ha usado tradicionalmente incluyéndola en las bases para fundar pilares de madera en la tierra y evitar la pudrición de ésta en el tiempo.
Modernidad
Iniciado el siglo XX, el movimiento moderno promovió políticas de diseño urbano que consideraban el asoleamiento y ventilación permanente, asegurando el control de la humedad. Estos actúan como principios fundamentales en la relación entre salud y arquitectura, en parte debido a una reacción desde la arquitectura a condiciones de vida a enfermedades como la tuberculosis. Sanatorios como el de Paimio de Alvar Aalto, surgen desde esas condicionantes, temas que se extendieron a establecimientos educacionales, edificios públicos y viviendas colectivas.
Nuevas superficies exteriores e interiores
El uso de nuevas pinturas en base a cobre con una acción antibacteriana es parte de las nuevas realidades y posibilidades actuales. El cobre permite una acción sostenida en el tiempo sobre las superficies. Éstas permiten ser utilizadas en muebles, cielos y muros dependiendo de la complejidad del programa y su relación con la salud, así como la carga a la cual serán sometidas. Estos productos son una muy buena opción en el caso de clínicas y en general en lugares de atención con públicos masivos. En esa línea hay una multiplicidad de productos para cielos que pueden ser utilizados, los cuales pueden ser lisos y micro perforados.
Con relación a los pisos vinílicos, están los desarrollados por Gerflor son tratados con los tratamientos patentados Evercare, Protecsol y Protecsol 2 y tienen una fuerte actividad antiviral contra el Covid: reducen el número de virus en un 99,7% después de solamente 2 horas.
Mientras que en sus pisos de Linoleo con tratamiento Neocare® ya se han obtenido resultados positivos llegando a una efectividad del 98,65% al cabo de 5 horas.
La misma tecnología de los productos dedicados al sector de la salud ha sido aplicada a productos utilizados en otros campos como hoteles, gimnasios, colegios y oficinas. Gracias a los tratamientos de los productos Gerflor, las propiedades bacteriostáticas y antivirales están también presentes en soluciones que pueden ser instaladas en diferentes aplicaciones.
Uno de los productos con altas cualidades de confort arquitectónico para interiores son los cielos Heartfelt. Éstos tienen especificaciones muy interesantes en términos espaciales visualmente como acústicamente, sumado a ello un alto grado de protección que se refleja en: resistencia al polvo, cualidades fungicidas contra hongos, además de resistencia al estancamiento de humedad.
Para los casos de fachadas exteriores el uso de sistemas ventilados como el NBK asegura una alta aislación térmica ya que la terracota actúa de manera refractaria al calor y el sistema de muro ventilado asegura mantener un alto grado de control térmico en la envolvente, ambas cualidades que garantizan también un menor consumo de energía interno en equipos de aire. Además, este sistema de fachadas mantiene una expresión material arquitectónica noble, utilizando tecnologías contemporáneas.